“El holismo no ve más que el todo. El reduccionismo no ve más que partes. El principio hologramático ve las partes en el todo y el todo en las partes” (Edgar Morin)
“Nada existe sin unidad, nada puede ser concebido ni producido aisladamente” (Schelling)
“Encontrar el único es poseer el Todo” (Swami Prajnanpad)
Reduccionismo y Holismo
Reduccionismo y holismo son dos paradigmas, dos formas distintas y (en principio) opuestas de acercarse a la realidad, y sobre las que se ha debatido ampliamente en la ciencia.
El reduccionismo es una filosofía que trata de reducir un fenómeno o sistema en sus componentes más simples.
Utiliza un proceso de tipo analítico, en busca de lo particular y el detalle.
El todo no es nada más que la suma de sus componentes.
Los componentes son independientes entre sí.
No se considera la forma en que dichos componentes se estructuran o relacionan para formar un todo.
El holismo, en cambio, cree que este enfoque es demasiado simplista, que hay que ver las cosas de manera integral.
El enfoque que utiliza es sintético, en busca de lo general y global.
El todo es algo más que la suma de sus partes, pues algo más se agrega que no puede predecirse a partir de la mera suma de sus componentes. En biología eso que se agrega se denomina una “propiedad emergente”, frente a las propiedades particulares de sus componentes.
Los componentes no están aislados. Son interdependientes. Las relaciones entre los componentes se estructuran para formar un todo.
Aparentemente, reduccionismo y holismo son principios opuestos (el holismo no ve más que el todo, el reduccionismo no ve más que las partes), pero ambos paradigmas, contemplados desde una perspectiva más amplia, son dos formas complementarias (y no antagónicas) de concebir la realidad. Son dos formas de conciencia que tienen su correspondencia con los hemisferios cerebrales (izquierdo: reduccionismo, derecho: holismo).
Según Edgar Morin, el holismo no deja de ser también un tipo de reduccionismo. Según este autor, hay que trascender y superar estos dos principios opuestos en un principio que denomina “hologramático”, en el que se establece una dinámica continua entre el todo y sus partes: el todo está en la parte y la parte está en el todo. Este concepto trasciende el reduccionismo (que únicamente ve las partes) y al holismo (que solo ve el todo). Este marco conceptual reconoce la complejidad de la realidad, que siempre presenta sus componentes interconectados, nunca aislados.
Logos vs. Holos
El principio reduccionista se identifica con Logos, lo analítico, racional y superficial. El principio opuesto o complementario es Holos, lo sintético, intuitivo y profundo.
Según Ervin Laszlo [2009], el nuevo paradigma científico es Holos, una nueva conciencia integradora, sintética, intuitiva, profunda y armónica. Dice este autor: “El reinado de Logos ha llegado a su término”. “Ha llegado la hora de un cambio más: pasar de una civilización de Logos a una de Holos”. “Avanzar hacia una civilización de Holos no es solo una opción, es un imperativo de supervivencia”.
Pero Laszlo no tiene razón. El nuevo paradigma científico es la unión de Logos y Holos, para lograr un equilibrio y armonía entre los dos modos de conciencia representados por estos dos términos. El Holos, eso sí, es la clave, lo más importante, el aspecto profundo. Pero no podemos vivir sin Logos, sin lo superficial, lo tangible. La unión entre estos conceptos se traduce en la armonización de aspectos como: independencia e interrelación, lo mecanicismo y vitalismo, complejidad y simplicidad, caos y orden, competencia y cooperación, etc. En definitiva, la unión de todos los aspectos de la conciencia que hemos visto en la sección “Fundamentación”.
También podemos considerar que el Logos no es más que Holos proyectado o manifestado a nivel superficial. En definitiva, que todo es Holos. En este sentido, Laszlo tendría razón.
El holismo semántico
En filosofía del lenguaje, el holismo semántico sostiene que cada parte del lenguaje, sea un término, palabra o sentencia, solo puede entenderse en función de sus relaciones con el lenguaje completo. Es decir, cada parte del lenguaje debe ser observada en conjunto y no por separado. Solo un lenguaje completo tiene pleno significado.
En el holismo semántico se cumplen los principios de:
Contextualidad.
Cada parte del lenguaje solo tiene significado dentro de su contexto. Según este principio, sostenido por la filosofía estructuralista, un símbolo no posee significado a no ser que sea parte de un contexto o un todo.
Composicionalidad.
El significado de una parte del lenguaje es función del significado de sus componentes.
El holismo semántico es lo opuesto al atomismo semántico, que afirma que símbolo individual puede tener significado aisladamente.
El holismo semántico está muy ligado al holismo epistémico, que afirma que la verdad de un enunciado aislado no tiene significado. Se necesita un contexto, más o menos amplio, para que tenga sentido.
Quine (profesor de Chomsky) es defensor del holismo semántico. Niega la distinción analítico-sintético absoluto. Para Quine, toda parte del lenguaje, sea un término o una oración completa solo puede ser entendida mediante las relaciones con un segmento más amplio del lenguaje o el lenguaje completo.
MENTAL y los Modos de Conciencia
MENTAL es, a la vez, un lenguaje reduccionista y holístico.
Es reduccionista, porque se fundamenta en un conjunto simple y reducido de primitivas semánticas.
Es holista porque dichas primitivas son de naturaleza universal y arquetípica, en el sentido de que siempre se aplican en todos los niveles, combinándolas para crear expresiones de orden superior.
Esta característica holística del lenguaje se manifiesta en los aspectos de:
Globalidad. Es necesario contemplar el lenguaje a nivel global, como un todo.
Interrelación. Las primitivas semánticas universales están interconectadas, interrelacionadas. Cada primitiva depende de las demás.
Libertad. El lenguaje permite combinar las primitivas y relacionar expresiones, sin restricciones.
Creatividad. El lenguaje es creativo, por la libertad combinatoria y por basarse en arquetipos primarias, que son conceptos simples pero profundos.
Esta unión de reduccionismo y holismo es lo que, a nivel físico, Steven Weinberg denomina “gran reduccionismo”: la idea de que las leyes más fundamentales de la naturaleza contienen una explicación de todas las características de los niveles superiores y exteriores.
La unión semántica lexical – semántica estructural
La semántica de un lenguaje tiene dos aspectos o dimensiones principales:
Semántica lexical. Se refiere al significado de cada una de las primitivas del lenguaje.
Semántica estructural. Se refiere al significado de las expresiones que se pueden formar por combinación de las primitivas.
En el caso de MENTAL, la semántica estructural es la misma que la lexical, es decir, los patrones combinatorios de las primitivas son las mismas primitivas. Semántica lexical y semántica estructural son la misma cosa. Este es un aspecto muy importante y esencial de MENTAL.
El holismo semántico
MENTAL, como lenguaje, tiene significado cuando se contempla o consideran todos sus componentes, es decir, las primitivas semánticas. En cada expresión está potencialmente todo el potencial del lenguaje, y en cada primitiva están todas las primitivas.
Conclusión
MENTAL se puede considerar un lenguaje holográfico porque existen relaciones conceptuales entre todos los componentes y a todos los niveles a través de las primitivas semánticas universales. MENTAL es también un lenguaje fractal [ver Propiedades – MENTAL, un Lenguaje Fractal].
MENTAL espera ser una contribución a esta nueva conciencia armonizadora de Logos y Holos, pues integra en un solo lenguaje ambos modos de conciencia, lo holístico, teórico e idealista con lo reduccionista, práctico y material, es decir, unifica las dos visiones de la realidad simbolizadas por Don Quijote y Sancho. Estos dos personajes simbolizan dos concepciones opuestas del mundo. Don Quijote es imaginativo, creativo, visionario, aventurero, idealista, inquieto, intuitivo, luchador por la justicia, el orden, el poder y la sabiduría, ve lo profundo y trascendente en lo cotidiano. Sancho, por el contrario, es práctico, racionalista, materialista, cómodo, realista, conformista, sosegado, solo ve lo superficial, lo externo.
Adenda
El origen del holismo
El concepto de “holismo” fue planteado y definido en 1926 por el político, militar, naturalista y filósofo sudafricano Jan Christiaan Smuts (1870-1950) en su libro “Holism and Evolution” como “la tendencia en la naturaleza para formar totalidades que son mayores a la suma de las partes por la evolución creativa”.
Según Smuts. el progreso se realiza mediante agrupaciones de abajo-arriba. Las pequeñas unidades deben necesariamente agruparse en estructuras más grandes, y estas a su vez deben agruparse en estructuras aún más grandes, y así sucesivamente. Una aplicación de este principio a la sociedad fue su idea de la Unión Sudafricana, la idea de la Commonwealth de Naciones, y, finalmente, el gran todo resultante de la unión de todos los pueblos de la tierra en una gran Sociedad de Naciones.
Después de que Einstein leyera “Holismo y Evolución”, a poco de su publicación, afirmó que dos construcciones mentales dirigirán el pensamiento humano en el siguiente milenio: su propia teoría de la relatividad y el holismo de Smuts. Einstein también dijo que Smuts que era “uno de los once hombres” del mundo que entendían su teoría de la relatividad.
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